domingo, 12 de mayo de 2013

El falsacionismo


El falsacionismo fue un movimiento de la ciencia la cual llevo a cuestionar nuevamente la información que se poseía debido a que para le falsacionista las teorías científicas son falsables, una vez propuestas, las teorías especulativas han de ser comprobadas rigurosa e implacablemente por la observación y la experimentación. Aquellas que no superan las pruebas observacionales y experimentales deben ser eliminadas y reemplazadas por otras conjeturas especulativas. La ciencia progresa gracias al ensayo y al error, es decir, mediante conjeturas y refutaciones. Sólo sobreviven las teorías más aptas (¿darwinismo filosófico?). Aunque nunca se puede afirmar lícitamente que una teoría que es verdadera, sí permite alagar, en el mejor de los casos, que se trata de la más adecuada en un momento determinado, es decir, que es superior a cualquiera de las que la precedieron.
Por tanto el falsacionismo, rompe radicalmente con la concepción ingenua de verdad en la que se enfrascaron obstinadamente los seguidores de la inducción. Como veis, se trata de un cambio radical en la concepción de la ciencia, por cuanto permite vislumbrar que, las teorías vigentes en un momento dado, suelen ser reemplazadas por otras con el transcurso del tiempo. Tal actividad sería pues la esencia tel progreso científico. En otras palabras, el falsacionismo afirma que el hombre no puede realizar observaciones “objetivas del mundo exterior”, sino que en el mejor de los casos, intenta acercarse asintóticamente a  entender mejor los patrones y pautas de la naturaleza.



Es muy difícil especificar hasta qué punto es falsables una teoría. No se puede definir la medición absoluta de la falsabilidad simplemente porque el número de falseadores potenciales de una teoría siempre será infinito. Por otro lado, a menudo es posible comparar los grados de falsabilidad de las leyes o teorías.
La exigencia de que, según progresa la ciencia, sus teorías sean cada vez más falsables y en consecuencia tengan cada vez más contenido y sean cada vez más informativas excluye que se efectúen modificaciones en unas teorías destinadas simplemente a proteger una teoría de una falsación amenazadora. Una modificación en una teoría que no tenga consecuencias comprobables que no fueran ya consecuencias comprobables de la teoría sin modificar será denominada modificación ad hoc.



El propósito de la ciencia es falsar las teorías y reemplazarlas por teorías mejores, teorías que demuestren una mayor capacidad para resistir las pruebas. Las confirmaciones de las nuevas teorías son importantes en la medida en que constituyen la demostración de que una nueva teoría es una mejora de la teoría a la que reemplaza, la teoría que es falsada por la evidencia descubierta con ayuda de la nueva teoría y que la confirma. Una vez que la audaz teoría recién propuesta logra desbancar a su rival, se convierte a su vez en un nuevo blanco al que se dirigirán las pruebas rigurosas ideadas con la ayuda de otras teorías audazmente conjeturadas, debido al hincapié que hacen los falsacionistas en el desarrollo de la ciencia, su concepción de la confirmación es significativamente distinta a  la de los inductivistas. La importancia de algunos casos confirmadores de una teoría según la postura inductivista está determinada exclusivamente por la relación lógica existente entre los enunciados observacionales que son confirmados y la teoría que éstos apoyan, los casos confirmadores lo son si proporcionan apoyo inductivo a una teoría, y cuanto mayor sea el número de casos confirmadores establecidos, mayor será el apoyo a la teoría y más probable será que sea verdadera, en contraposición, en la concepción falsacionista la importancia de las confirmaciones depende muchísimo de su contexto histórico. Una confirmación será importante si se estima que es improbable que suceda a la luz del conocimiento básico de la época. Las confirmaciones que son conclusiones conocidas de antemano son insignificantes. Si hoy en día confirmo la teoría de Newton tirando una piedra al suelo, no contribuyo con nada de valor a la ciencia.
El criterio de demarcación equivale a exigir que todos los enunciados de la ciencia empírica sean susceptibles de una decisión definitiva respecto a su verdad o a su falsedad. Esto quiere decir que han de tener una forma tal que sea lógicamente posible tanto verificarlos como falsarlos.
El falsacionismo considera que la ciencia es un conjunto de hipótesis que se proponen a modo de ensayo con el propósito de describir o explicar de un modo preciso el comportamiento de algún aspecto del mundo. Para ello plantea una condición fundamental que cualquier hipótesis debe cumplir para ser considerada parte de la ciencia. Para que una hipótesis obtenga el estatus de ley o teoría científica debe ser falsable; es decir, que exista un enunciado observacional o un conjunto de enunciados que sean incompatibles con ella. Una teoría es falsable cuando tiene posibilidad de ser refutada, es decir, que esté establecida de tal manera que permita su refutación. El científico no debe aspirar a encontrar la verdad, sino a encontrar el error de su teoría. Si establece la falsedad de la misma puede desechar esa teoría y plantear una teoría general. También lo será cuando el científico pueda deducir o derivar de un conjunto de hipótesis, aquello que le demuestre que su teoría es falsa, por lo tanto deberá refutar aquello que se propone, exigiendo que se planteen nuevas hipótesis que estarán continuadas por nuevas críticas y pruebas. Nunca se puede decir que una teoría es verdadera, sino que la teoría actual es superior a sus predecesoras, ya que es capaz de superar pruebas que falsaron esta.



Popper mantiene que las teorías científicas no son nunca enteramente justificables o verificables, pero que son, no obstante, contrastables. Contrastar una teoría implica poder refutarla con un ejemplo inverso, y, si ello no es posible la teoría quedará corroborada, será considerada válida hasta tanto se demuestre lo contrario, por lo cual nunca podrá ser verificada, una teoría buena según el falsacionismo, será aquella que haga afirmaciones de muy amplio alcance acerca del mundo y que, en consecuencia, sea sumamente falsable y resista la falsación todas las veces que se someta a prueba. Por lo tanto, exige que se puedan establecer las teorías con la suficiente claridad como para poder luego ser falsadas. Cuanto más precisamente se formula una teoría, se hace más falsable.

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